Mitigar el cambio climático significa combatirlo o limitarlo mediante la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (incluyendo las emisiones de CO₂).

Las emisiones de gases de efecto invernadero deben reducirse a "corto plazo" si queremos controlar el cambio climático. Por lo tanto, las medidas de mitigación se centrarán inicialmente en 2030, con vistas a 2050. 

Para la mitigación, se consideran las emisiones relacionadas con el transporte, la eficiencia energética en los edificios (hogares, empresas, industria, etc.), la producción de electricidad (paneles fotovoltaicos), etc.

Adaptarse al cambio climático significa adaptar los sistemas naturales y los seres humanos a las consecuencias actuales y previsibles del cambio climático.

La ciudad o el municipio debe primero tener una idea de su vulnerabilidad al cambio climático y luego aumentar la resiliencia de su territorio.

El horizonte temporal más comúnmente utilizado para la adaptación es 2100, porque hay menos presión (internacional) sobre la adaptación que sobre la mitigación y los efectos del cambio climático seguirán existiendo a largo plazo.

Para la adaptación, se consideran aspectos como el aumento de las inundaciones, las sequías o los fenómenos de calor extremo, así como sus efectos sobre, por ejemplo, la agricultura o la naturaleza. 

Por lo tanto, las partes involucradas en la adaptación son en parte las mismas que en la mitigación, pero no completamente. 

Nos estamos esforzando para reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero (mitigación), pero un cierto grado de cambio climático ya es inevitable y debemos estar preparados para ello (adaptación). Por otro lado, cuanto más bajas sean las emisiones de gases de efecto invernadero (mitigación), más sencilla será la adaptación al cambio climático (adaptación). Sin mitigación, tampoco será posible una política de adaptación adecuada, ya que los cambios climáticos serían demasiado extremos. Por lo tanto, debemos centrarnos en estos dos retos.

Por otra parte, no debemos olvidar que las medidas de mitigación y adaptación a veces pueden reforzarse mutuamente. Por ejemplo, una casa bien aislada no sólo requerirá menos energía para calentarla (mitigación), sino que también reducirá los inconvenientes para los residentes durante una ola de calor (adaptación). 

Sin embargo, las medidas de mitigación y adaptación también pueden ser contradictorias. Por ejemplo, la instalación de un acondicionador de aire eléctrico resultará en emisiones adicionales de CO₂...

FutureproofedCities incluye una serie de sectores relacionados con la mitigación y otra serie relacionada con la adaptación, a la que puedes vincular tus medidas y acciones. Para saber más sobre los diferentes sectores de la mitigación y la adaptación, haga clic aquí.

Fuente: LNE.